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Esta es una larga historia donde cuento poco a poco como me convertí en una Maid sexual totalmente entregada. 

Te recomiendo comenzar a leer este relato por el principio (pulsa aquí para ir al primer capítulo). 

También puedes acceder de forma organizada y rápida a todos los capítulos si pulsas aquí. 

Cuando termine todos los capítulos comenzaré a reescribir esta misma historia en forma de novela e intentaré publicarla en físico (lo que viene siendo un libro). Es uno de mis objetivos marcados en Patreon si llegábamos a 100$, gracias por vuestro apoyo.

CAPÍTULO 17

QUE EL SEXO NO PARE

Atención: En el capítulo anterior confundí a Felipe (el cocinero) y Roberto (el mayordomo). El que me puso las esposas y al que iba a realizar una felación es a Felipe, perdonad la confusión. En unos días modificaré el capítulo 16 para arreglar esta incoherencia.

Allí estaba yo, de rodillas y con las manos atadas a la espalda. Felipe ya estaba frente a mí y los demás miraban expectantes. Él se bajó los pantalones y los calzoncillos lentamente y cuando su polla quedó al descubierto ya se mostraba bien dura.

Os contaré algo, en aquella mansión había tres penes, el de Roberto, el de Felipe y el de David y sin duda el más grande era el de Felipe. No era la primera ver que veía su sexo pero al tenerlo de frente tan cerca realmente me sobresalté, podía medir unos 18 centímetros y era más gruesa de lo normal, sabía que no me cabía (ni de coña) entera en la boca y sin usar las manos darle placer a ese instrumento podía ser complicado.

Felipe tenía su polla frente a mí pero tras mostrármela dio unos pasos hacia atrás, alejándose de donde yo estaba.

-Felipe: Acércate y chúpamela.

Al principio no entendí muy bien por qué tenía que acercarme, pero lo entendí rápidamente cuando intenté moverme. Estaba de rodillas y tenía las manos atadas, desplazarme era más complicado de lo que parecía. Iba arrastrando las piernas lentamente y aún así perdía un poco el equilibrio, además las rodillas dolían un poco al moverse así.

Cuando estaba a punto de llegar Felipe volvió a retirarse, esta vez más aún y se sentó en el sofá del salón.

-Felipe: Vamos, tu puedes.

Seguí arrastrándome de rodillas hasta llegar, era humillante pero eso me excitaba (casi parecía una babosa chorreando por el suelo mientras llegaba a su polla. Finalmente lo conseguí, Felipe tenía las piernas abiertas y su pene parecía recibirme con ganas.

Tenía tantas ganas de llegar que en cuanto lo tuve cerca me lo metí en la boca. Fue como si me metiesen un tapón en la boca, no estaba acostumbrada a tener que abrirla tanto y me centré en su glande, jugando mucho con la lengua. 

Si acepté este juego donde todos podían hacer lo que quisiesen conmigo fue porque quería que me sorprendiesen, pero lo que ocurrió no me lo esperaba en absoluto. Felipe puso sus manos en mi cabeza y me forzó a chupársela mucho más profundo, yo hice fuerza para evitarlo, pero él fue realmente bruto y consiguió… metérmela entera… hasta el fondo.

Podía notarla dentro de mi garganta, era inhumano, de un impulso consiguió encajármela entera dentro de la boca y no podía ni siquiera respirar y mi barbilla pegaba directamente con sus testículos.

Lo que pasó a continuación fue brutal y si os digo la verdad, lo recuerdo como algo mágico, nunca me ha vuelto a ocurrir pero creo que es una sensación increíble (aunque en ese momento parecía que me moría). 

Mientras yo intentaba respirar y sacarme de la boca aquella polla tan brutal, Felipe comenzó a correrse. Al parecer Felipe suele guardar su semen para Charlotte, por lo que puedes estar semanas sin correrse y cuando lo hace expulsa mucho y suele tardar muy poco. En esta ocasión estaba corriéndose directamente en mi garganta, sin pasar por mi boca, y cuando intenté respirar, de alguna manera me atraganté haciendo que el semen pasase por dentro de mí hasta mi nariz.

Si… parte de su semen salió por mi nariz. Fue una sensación muy asquerosa, muy desagradable y muy agobiante, pero tras correrse sacó de inmediato su pene de mi boca.

Yo comencé a toser y me caí de espaldas al suelo. Recuerdo que en aquel momento aunque me faltaba el aire y estaba tosiendo lo que no podía parar de pensar era que me estaba dando mucho asco sentir el semen en mis fosas nasales, no sé cómo explicarlo, no era solo en la nariz si no también en las partes más profundas.

Fue algo muy bestia, posiblemente de las veces que me han tratado de forma más bruta, en realidad no fue mucho tiempo el que estuve sin aire (es como cuando vas a la piscina y te meten la cabeza bajo agua unos segundos), al principio te molesta pero la sensación final, al menos para mí fue… muy excitante.

Tras superar la tos y centrarme en mis sensaciones podría decir que estaba cachondísima. Tenía muchas ganas de que el siguiente que viniese me follase. En realidad quería tener ese mismo pene dentro de mí, pero el turno de Felipe ya había acabado.

Todavía no había terminado de toser, pero decidí hablar.

-Yo: ¿A quién le toca?

Tras hablar seguir tosiendo.

-Felipe: ¿Estás bien? Te pido perdón si he sido muy bruto.

-Yo: Ha sido increíble, estoy muy cachonda, tengo ganas de seguir.

Toda esta situación era un poco inverosímil pero increíblemente excitante. Yo seguía tirada en el suelo, con el semen de Felipe asomando por mi nariz y con las manos atadas a la espalda y los demás miraban con cara de disfrutar (Charlotte parecía un poco preocupada por mí, pero vio que yo estaba bien).

-Lola: Yo soy la siguiente.

Lola tenía el papel numero dos y le tocaba a ella elegir que hacer conmigo. Felipe se levantó del sofá mientras Lola se acercaba a mí.

-Lola: ¿Te has dado cuenta de que el juego que has preparado para que todos lo hagamos contigo es lo mismo que hicieron conmigo cuando me castigaron?

-Yo: Si, quería saber que se sentía cuando los demás pueden hacer lo que quieran contigo, me inspiré en tu castigo.

Lola se acercó a mí, se agachó y comenzó a chuparme la cara, quitándome el semen que tenía entre la nariz y mis labios.

-Lola: Quiero que te quedes con las esposas puestas y vuelvas a ponerte de rodillas.

Ella me ayudó a incorporarme y volví a quedar de rodillas, pero esta vez ella me indicó que separase más las piernas. Tras hacerlo ella se tumbó en el suelo mirando hacia arriba y entendí lo que quería, ella iba a comerme el coño.

Os contaré como fue este increíble cunnilingus y como transcurrió este increíble día en el siguiente capítulo.

Si pulsas aquí podrás ver y leer el siguiente capítulo (excepto si este es el más reciente). Normalmente escribo un nuevo capítulo cada semana.

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Comments

DaikoFextar

El capítulo anterior fue un poco para preparar los episodios más salvajes que quedan de la novela y aquí tenéis el primero.