Home Artists Posts Import Register

Content

Esto que vás a leer el es prólogo y el primer capítulo de una posible nueva novela erótica, pero he hecho una encuesta en Patreon para preguntar que preferís, esta novela o una posible continuación de ''Como me convertí en una sexual''. Antes de votar, te animo a leer este primer capítulo. Además si pulsas aquí podrás leerlo más cómodamente. 

Por cierto, mi primera novela está ya prácticamente reescrita y preparada para intentar publicarla o autopublicarla, en cuanto tenga más noticias os lo haré saber. 


PRÓLOGO

Hola querido lector. Mi nombre es Maya y para poder disfrutar esta historia tienes que comprender primero el tipo de relación que tengo con mi pareja. Conocí a mi chico en el instituto cuando ambos teníamos 16 años. A los 17 empezamos a salir juntos y a día de hoy (11 años después) seguimos juntos y muy felices. 

No ha sido un camino de rosas, al principio nos peleamos muchas veces y también nos pusimos los cuernos, pero conseguimos superarlo. Cuando llevábamos unos 3 años juntos descubrimos cual era nuestro problema, básicamente tenemos mucho apetito sexual y además somos muy apuestos, por lo que sin ni siquiera buscarlo siempre tenemos alguien encima intentando ligar con nosotros y claro… nos cuesta resistirnos.

En aquel entonces tomamos una decisión, tener una relación abierta. Funcionó, al menos durante unos años. En esa época probé de todo, me volví bisexual, hice varios tríos, probé muchos juguetes sexuales y experimenté algunos fetiches con gente bastante más experimentada. Mi novio no sé quedó ni mucho menos atrás y también se hinchó a folletear, aunque de eso no tengo demasiados detalles.

No fue hasta hace unos 4 años que ambos nos cansamos de tanto libertinaje y volvimos a una relación ordinaria. Él y yo consensuamos que no volveríamos a salir con otras personas y que si lo hacíamos antes lo hablaríamos. Yo estaba dispuesta a darle carta blanca algún día si él me lo pedía, pero ninguno ha vuelto a ser infiel desde entonces. Aún así en la cama nos hemos vuelto cada vez más salvajes, probando cada vez cosas más diferentes y bestias, curiosamente los dos somos bastante mandones en el sexo, por lo que hemos aprendido a turnarnos un poco a la hora de follar, a veces el manda y otras veces mando yo.

Ya sabes todo lo necesario para entender el tipo de relación que tengo con mi pareja. Actualmente llevamos 6 años viviendo juntos (empezamos a vivir juntos cuando nuestra relación era completamente abierta), ahora él trabaja en un concesionario de cara al público como vendedor (le encantan los coches) y yo trabajo en la sección de perfumería de una empresa muy conocida en España, gracias a dios podemos vivir bien y tenemos una buena casa, aunque todavía no tenemos planes de hijos.

Lo que vas a leer a continuación es una historia que empezó hace 3 años y que a día de hoy todavía continúa, nuestras particulares fiestas de cumpleaños. Espero que te gusten.



CAPÍTULO 1:  HACE 3 AÑOS, DOS SEMANAS ANTES DE MI CUMPLEAÑOS.

Mi pareja y yo estamos en la cama, charlando un poco antes de irnos a dormir. No parecía que fuésemos a follar hoy, estábamos bastante cansados y ya lo habíamos hecho al mediodía un par de veces.

-Bruno: Oye, no sé que voy a regalarte este año por tu cumpleaños.

-Maya: No me regales nada.

-Bruno: En serio, dame alguna pista.

-Maya: Salgamos a comer ese día a un sitio bueno.

-Bruno: Eso lo doy por hecho, pero pide algo.

-Maya: Regálame algún juguete sexual y lo probamos.

-Bruno: ¿Otro? ¿Qué nos falta ya por probar?

-Maya: No sé, seguro que hay alguno divertido para los dos.

-Bruno: ¿Para los dos? ¿No prefieres uno para solo para ti?

-Maya: Lo que prefieras.

-Bruno: ¡Por dios! ¡Dame una pista! Se nota que tienes algo en mente.

-Maya: Jajajaja.

No pude evitar reírme, tenía razón, tenía algo en mente.

-Maya: Me has pillado. He visto una cosa que me ha gustado pero me da vergüenza pedírtelo.

-Bruno: ¿Vergüenza? Por dios Maya ¿te queda de eso?

-Maya: ¡Pero serás malo!

Empecé a golpear fuerte su cuerpo para aparentar que me había molestado. Un rato después volvimos a la conversación.

-Bruno: Bueno, entonces que, cuéntame.

-Maya: Yo te lo digo pero es algo muy raro y también caro… y también ocupa mucho espacio.

-Bruno: Por dios, ni puta idea de que puede ser. Venga dímelo.

-Maya:… un… columpio sexual.

Hubo una pequeña pausa pero él no parecía demasiado sorprendido, además sabía que la idea le gustaría.

-Bruno: ¿Y eso te da vergüenza pedírmelo? Me lo tendrías que haber dicho el primer día que se te ocurrió y ya lo tendríamos puesto.

-Maya: Que burro eres. Lo vi hace un tiempo en un vídeo porno y se me ha metido ahora en la cabeza.

-Bruno: ¿Es caro entonces?

-Maya: No demasiado, yo quiero uno de los que se cuelgan en el techo y cuestan unos 100 euros. Pero si me regalas eso no me regales nada más.

-Bruno: ¿Y a tu familia que le decimos que te he regalado?

-Maya: Lo que sea, una colonia por ejemplo.

-Bruno: ¿Una colonia justamente? Jajajaja. 

Ambos nos reímos. (La gracia era que yo trabajo en una perfumería).

-Bruno: ¿Y donde lo ponemos?

-Maya: He pensado en el garaje. No hay otro sitio para ponerlo. Bueno hay otros sitios pero aunque quitemos el columpio se van a ver unos ganchos en el techo y va a quedar feo.

-Bruno: Me pone la idea de hacerlo en el garaje, me gusta la idea.

-Maya: ¿Sí?

Yo empecé a deslizar mi mano por su pierna para excitarle un poco. El hecho de imaginarme colgada en el columpio follando me estaba poniendo cachonda.

-Bruno: Oye, antes de follar quería preguntarte si hay algo más que te gustaría hacer conmigo en la cama. Lo mismo tienes algún deseo más que no me has dicho.

-Maya: ¿Por qué dices eso?

-Bruno: Ya sabes que a veces me gusta mirar tu historial de búsquedas porno. Me gusta ver los vídeos que te ponen cachonda y he visto que ahora te ha dado por ver penetraciones dobles… lo mismo quieres una penetración doble pero no quieres decírmelo.

Yo dejé de tocarle la pierna y me puse a pensar. ¿Quería una penetración doble? La idea me ponía pero prefería mantener la estabilidad sexual y emocional que tenía con mi pareja.

-Maya: A ver, la idea me pone, pero es como si me preguntas si quiero follar con Leonardo DiCaprio. Me gusta pensarlo pero no hace falta que todas mis fantasías se hagan realidad.

-Bruno: ¿Y si te regalase una noche con Leonardo DiCaprio para follar con él? ¿Aceptarías?

-Maya: Vamos a ver, que soy de carne y hueso. ¿Cómo voy a rechazar eso?

-Bruno: ¿Y si te regalase para tu cumpleaños también una penetración doble?

No sabía que pensar ni que decir, quizás en parte porque una parte de mi sí que le gustaba la idea.

-Maya: Pues no sé…

-Bruno: ¿Por qué?

En ese momento decidí ser sincera con él.

-Maya: Me gusta la idea, pero creo que nuestra relación podría estropearse y no quiero eso.

-Bruno: ¿Después de todo lo que hemos vivido y hecho juntos?

La conversación se estaba poniendo un poco seria, pero era algo que debíamos hablar.

-Maya: Tienes razón, pero hace un tiempo ya que hemos vuelto a la monogamia y estoy muy feliz así.

-Bruno: ¿Y si yo te dijese un día que quiero acostarme con una chica que he conocido? ¿Me dejarías?

-Maya: ¿Creo que sí?

-Bruno: ¿Por qué?

-Maya Porque confío en ti, se que lo harías pero por puro placer, después volverías conmigo.

-Bruno: ¿Entonces porque no quieres una penetración doble? Yo también quiero que seas feliz.

En ese momento sollocé un poco, Bruno tenía razón en todo lo que decía.

-Maya: No lo había pensando así. Simplemente no quería que desconfiases de mí.

-Bruno: Yo confío en ti tanto como tú en mí, quizás incluso más. Si algún día quieres una penetración doble o acostarte con otro puedes decírmelo sin problemas.

-Maya: De hecho en el pasado ya lo hemos hecho.

Ambos reímos tras este momento de pequeña tensión.

-Maya: ¿Puedo pedirte algo entonces?

-Bruno: Claro cariño.

-Maya: Últimamente hay una cosa que me excita y que me gustaría pedirte.

-Bruno: Tú dirás.

-Maya: Pero no tiene que ser hoy, ni tampoco todos los días. Me gustaría probarlo un día y ya está, por ejemplo en mi cumpleaños.

Hice una pausa para ordenar mis pensamientos.

-Maya: ¡Qué vergüenza!

-Bruno: ¡Nunca te había visto así! Tengo muchísima curiosidad.

-Maya: Me gustaría que un día me follases más fuerte de lo que me lo haces. Y también que me humillases un poco.

Me quería morir de la vergüenza, al decir esas palabras.

-Bruno: Bueno… puedo hacerlo. También me gusta la idea, pero me resulta raro, tu nunca has sido así.

-Maya: Ni lo voy a ser. Solo un día, para probar.

-Bruno: ¿Cómo puede ser que llevamos tanto juntos y nunca me habías pedido esto con lo sencillo que parece?

-Maya: Es que, es vergonzoso.

-Bruno: ¿Pero qué quieres exactamente? Dame alguna pista más, porque follarte más fuerte y decirte alguna palabrota no parece demasiado cambio.

-Maya: Pues yo que sé. Me gustaría que me azotes el culo cuando lo hacemos a perrito o que cuando me coges del cuello al follar aprietes más fuerte.

-Bruno: Me estoy poniendo cachondo con solo escucharte. ¿De verdad quieres eso?

-Maya: ¡He dicho que solo un día!

-Bruno: Cariño, no sé cómo decirte esto pero creo que tengo algo que contarte.

Vaya día más movidito, yo estaba nerviosa tras mi confesión pero al parecer todavía quedaban algunas sorpresas.

-Bruno: Yo también quiero sentirme así, como tú dices. Al menos, un día para saber que se siente.

-Maya: ¿Tú también quieres que te azote y que te coja del cuello?

-Bruno: Eso y más cosas.

-Maya: ¿Y porque no me lo has contado nunca?

-Bruno: Bueno, dímelo tú que estás igual que yo.

Vaya par de cazurros estábamos hechos. Sabía que éramos iguales pero jamás imaginé que hasta este punto.

-Maya: Pero que yo solo quiero probarlo una vez, que conste.

-Bruno: ¡Pero que yo igual!

Seguimos allí un pequeño rato sin decir nada.

-Maya: ¿No tienes algo más que contarme? Lo que quieras, de verdad, ya que estamos no te dejes nada.

-Bruno: Creo que no. ¿Y tú?

-Maya: A mí me gustaría que me pisases la cabeza. No muy fuerte, solo para sentirme humillada.

-Bruno: A mí me gustaría que me orinases encima.

-Maya: ¡A mí también!

-Bruno: Hemos hecho muchas cosas juntas pero nunca una lluvia dorada.

-Maya: Yo nunca te lo hice porque pensaba que eras dominante como yo.

-Bruno: ¡Y lo sigo siendo!

-Maya: Yo también, que conste.

-Bruno: Entonces…

-Maya: Podríamos hacerlo el día de nuestros cumpleaños, el mío es ya mismo pero el tuyo tampoco está muy lejos.

-Bruno: Me encantaría. Por cierto, estoy cachondísimo, dime que tu también.

-Maya: Cuando me has dicho que podía mearte encima he empezado a mojarme.

-Bruno: Ven aquí que voy a follarte bien duro, hoy mando yo.

-Maya: Y una mierda, hoy me toca a mí y vas a empezar comiéndome el coño.

-Bruno: ¿Cómo?

Los dos nos reímos al vernos en esa situación y ese día estuvimos toda la noche follando. (Vaya cansancio tenía al día siguiente). Como puedes imaginar, este es solo el comienzo de una serie de fechas de cumpleaños que fueron desmadrándose cada año más. En el siguiente capítulo tendréis el primer cumpleaños de todos, el que mi pareja me preparó, espero que os guste.

Comments

No comments found for this post.