Home Artists Posts Import Register

Content

Antes de comenzar os recuerdo rápidamente que si prefieres escuchar este relato (como si fuese un JOI) en vez de leer, simplemente pulsa aquí (he subido a la vez la versión escrita y la versión audio).

Lo que vas a leer a continuación son los capítulos 3 y 4 de mi próxima novela, una novela muy novedosa que te dará instrucciones de cómo y cuándo masturbarte. Si no has leido los capitulos anteriores puedes hacer click aquí. (Todos los capítulos tienen alguna parte con JOI).


CAPÍTULO 3 - Viviendo juntos.

Está amaneciendo y tu despiertas con los primeros rayos de sol. Decidiste dormir en el suelo para dejar la cama a la bruja y tras dos días durmiendo así no habías podido descansar bien, quizás por eso despertaste tan pronto. Era el tercer día que pasaba desde que encontraste a la bruja y si todo iba bien ella se encontraría hoy bastante mejor. Desayunaste y viste que la bruja aún no despertaba, por lo que decidiste salir fuera de la cabaña para regar el huerto y revisar las trampas de caza que tenías por los alrededores.

Al volver la bruja te esperaba sentada en la cama. Ella seguía sin parecer incomoda estando desnuda en tu presencia.

-Buenos días humano.

-Buenos días.

Te acercaste a la cocina para prepararle el desayuno.

-¿Qué tal estás hoy? -Le dijiste mientras cocinabas.

-Mucho mejor, mira.

La bruja se puso de pie y levantó los brazos. Una pequeña bola de fuego apareció en la palma de su mano, mostrando así que estaba recuperando sus poderes.

-Ten cuidado, esta casa es de madera.

La bruja, al percatarse, paró el hechizo y volvió a sentarse. Tú te acercaste a ella para ofrecerle un huevo frito, pan y un vaso de agua. La bruja aceptó la comida y empezó a comer. Los primeros días la bruja pasaba casi todo el tiempo dormida o descansando, pero ahora la situación era diferente. Ella parecía encontrarse mucho mejor.

-Vas a necesitar ropa, rompí la tuya cuando te salvé.

-Puedo reparar mi ropa con magia, pero no abriga mucho. ¿Tienes algo para mí?

-Seguro que te queda grande, pero puedo dejarte la mía. Está en aquel armario, puedes coger lo que quieras.

-Sigo sin acostumbrarme a tu generosidad.

-En el pueblo todos éramos así, si alguien lo necesitaba todos le ayudamos.

La bruja quedó en silencio cuando hablaste del pueblo. Parecía que le apenaba la situación actual en la que se encontraban los humanos, o tal vez le avergonzaba sentir que por culpa de brujas como ellas ahora los humanos no tenían libertad.

Unos minutos más tarde, la bruja terminó de desayunar y se levantó para buscar algo de ropa en tu armario. Cuando la viste de pie no pudiste evitar excitarte un poco, ella seguía desnuda y ahora podías ver todo su cuerpo, incluso pudiste ver su hermoso culo cuando ella te dio la espalda para mirar tu armario.

-Vaya. ¿Has hecho tu esta ropa? Yo no sabría cómo hacerla.

-He tenido que aprender de todo en estos cuatro años viviendo solo.

La bruja comenzó a probarse ropa. Ella parecía feliz y tu estabas cada vez más excitado viéndola vestirse y desvestirse continuamente.

-Este abrigo me gusta.

-Es piel de oso.

-¿Peleaste contra un oso?

-Bueno, en invierno hibernan, el pobre estaba dormido cuando le ataqué, pero aun así me dio bastante miedo matarlo.

-A mí también me hubiese dado miedo, y eso que soy una bruja. -La bruja te escuchaba con atención tu historia. - ¿Puedo quedarme este abrigo entonces?

-Vale, pero dámelo que voy a intentar ajustarlo, te queda demasiado grande.

-No pasa nada, fíjate.

La bruja comenzó a murmurar en voz baja con los ojos cerrados. Estaba usando magia. Unos segundos después la ropa comenzó a encogerse hasta quedar perfectamente ajustada.

-¡Vaya! Que fácil lo tenéis las brujas.

-No te creas, es un hechizo bastante difícil, me costó mucho…

La bruja estaba hablando, pero se mareó y dejó de hablar. Tú te levantaste para ayudarla y la sentaste de nuevo en la cama.

-Había olvidado que todavía no estoy al cien por cien.

-Descansa.

-Estoy cansada de descansar, quiero hacer algo contigo humano.

-¿Qué quieres hacer?

-¿Puedo ayudarte con algo?

-Bueno…podríamos ir a pescar. Así tendríamos un buen almuerzo.

-Nunca he pescado, tendrás que enseñarme.

-Solo tengo una caña. ¿Puedes hacer otra con magia?

-Ojalá jajaja. Copiar cosas es imposible humano, incluso para las brujas.

La bruja rió con tu comentario y poco a poco parecíais llevaros mejor. Tras unos minutos de charla y preparación, la bruja parecía sentirse mejor, por lo que fuisteis a pescar. La bruja parecía pasarlo bien pescando y charlando.

-Oye humano, no te he preguntado cómo te llamas.

(Tú le dijiste tu nombre).

-Bonito nombre, yo me llamo Elpha. Conocerte ha sido una de las cosas más interesantes que he han pasado. Me encantaría llamarte por tu nombre, pero si una bruja me oyese, podría buscarme un problema. Espero que no te importe que siga llamándote “humano”.

-Vale, no pasa nada.

-Pero tú puedes llamarme Elpha.

-Ok Elpha, ahora dame la caña que no estás pescando nada. – Dijiste de forma jocosa.

A la bruja pareció gustarle que le quitases la caña mientras decías su nombre. Ahora tu tenías la caña, pero ella siguió hablando.

-¿Cuántos días puedo quedarme contigo?

-Los que quieras.

-¿No te importa?

-Conocerte es lo mejor que me ha pasado desde que vivo solo. Si por mi fuese podrías quedarte para siempre, pero imagino que tendrás que volver a casa.

-¿Y si te digo que quiero quedarme contigo?

Su repentina pregunta te hizo sentir muy vivo. Tu corazón latía con fuerza al pensar que ella quería quedarse contigo. Ibas a responder cuando la caña comenzó a temblar.

-¡Ha picado! ¡Fíjate! Hay que tirar con suavidad, toma, coge la caña.

Tú le diste la caña lentamente, pero no la soltaste, tus manos y las suyas se tocaban mientras sujetaban la caña.

-Venga, tira fuerte.

-¿No había que hacerlo suave? Dijo la bruja extrañada.

-Jajajaja, no pasa nada. Tira fuerte.

La bruja tiró con fuerza hacia ella y el pez saltó de rio hacia vosotros. Tu pudiste cogerlo en el aire.

-¡Muy bien Elpha! No se te da nada mal.

Cuando la miraste para felicitarla te dite cuenta de algo. ¡Estaba sonrojada y nerviosa! ¿Era por la pesca o ella seguía esperando una respuesta? No quisiste hacerla sufrir demasiado por lo que improvisaste unas palabras.

-Si pescas así de bien vivir contigo va a ser muy fácil.

Era la primera vez que veías a Elpha así de feliz. De hecho, ella se dio cuenta que no podía ocultar su felicidad, así que se dio la vuelta para que no pudieses ver su cara.

-Vivir con una bruja no va a ser fácil humano. Voy a pedirte semen todos los días.

Al escuchar esas palabras, soltaste el pez que habíais pescado (sin prestar atención en donde caía) y abrazaste a la bruja por la espalda. La bruja se dio la vuelta para mirarte a la cara. Tú la besaste y ella aceptó el beso. En ese momento comenzó un beso largo y apasionado.

CAPÍTULO 4 – Inesperada sorpresa

Jamás habrías podido imaginar aquella situación. La bruja te había utilizado sexualmente algunas veces, pero aquel beso parecía pasional, un beso donde ambos os entregabais al amor. El beso seguía alargándose en el tiempo y cuando parecía terminar, comenzaba otro, cada vez más sincero e intenso.

Para tu sorpresa, la bruja estaba siendo más pasiva de lo esperado. Ella respondía a todos tus estímulos entregándose por completo. Cuando tú la besabas, ella te lo devolvía con la misma intensidad, pero era como si ella estuviese dejándose llevar, una situación que podría parecer normal si no fuese por el hecho de que ella era una bruja, un ser que normalmente aparenta ser soberbio y poderoso.

-¿Seguimos en mi cabaña?

-Vale.

Aquel momento se sentía tan intenso que no queríais perder un segundo, casi corristeis para llegar a la cabaña lo antes posible. Allí la acorralaste contra la pared para seguir besándola. La pasión del momento seguía creciendo y comenzaste a acariciar su cuerpo mientras la besabas, con una mano su espalda, con la otra su culo. Si todo seguía así aquello acabaría irremediablemente en la cama, pero la bruja hizo una pequeña pausa.

- ¿Quieres follar verdad? -Dijo la bruja.

-Bueno… solo si tú quieres.

-Quiero hacerlo, pero… estoy nerviosa. Tengo que contarte algo antes de seguir. Yo… soy virgen.

Ni siquiera pudiste responder. No parecía tener sentido que ella fuese virgen.

-Es una larga historia. Fui criada entre humanos hasta los 12 años. A los 13 mis poderes despertaron y… para evitar la hoguera, mis padres me llevaron a vivir con las brujas. He vivido con brujas desde entonces. Con 18 años comencé a disfrutar del semen, pero siempre lo hice… tragándomelo. No quería perder mi virginidad con cualquiera. Supongo que mis padres humanos me criaron así.

Esa historia explicaba algunas cosas. Ella era bruja, pero entendía bien a los humanos, vivió siendo uno de ellos durante mucho tiempo.

-Si quieres hacerlo conmigo, podemos ir despacio, no te preocupes. – Le dijiste para tranquilizarla.

- Muchas gracias humano. Tu amabilidad me sigue sorprendiendo, creo que por eso me gustas.

La bruja se quitó la ropa de oso que le habías dejado y en un momento volvió a quedarse desnuda. Su actitud (a veces tímida, a veces directa) era algo desconcertante, pero cada vez estaba más claro que no era una mala bruja. De todas formas, tus pensamientos sobre su pasado desaparecieron rápidamente cuando la viste desnuda.

-Venga, vamos a follar. – Dijo la bruja mientras hacía un gesto indicando que te acercases a ella.

Tú te quitaste la parte superior de la ropa mientras te aproximabas a ella, pero no te dio tiempo a bajarte los pantalones, necesitabas seguir besándola y ella quería seguir besándote.

Esta vez el beso era más intenso y la situación era cada vez más erótica. Tu sentías sus pechos directamente en tu piel, rozando con tu cuerpo y tus manos podían agarrar directamente su culo. Tu erección era tan dura que parecía tener fuerza para romper el pantalón. Tus ganas de sexo eran tan grandes que, de un impulso, llevaste a la bruja a la cama. Mientras ella se tendía, tu terminaste de quitártelo todo.

-Empieza lento por favor. -La bruja parecía un poco asustada.

-Lo haré, no te preocupes.

Ella estaba tumbada boca arriba en la cama y tú te alzaste sobre ella. Poco a poco bajaste la cadera y tu pene entró en contacto con los labios de su vagina. La bruja cerraba los ojos, temerosa ante lo que estaba por venir.

Tu primer intento por penetrarla fracasó. Aunque la teoría parecía simple, tu pene no conseguía entrar en ella. El segundo intento también fracasó y Elpha comenzó a percatarse.

-Un poco más abajo.

La bruja deslizó su mano y agarró momentáneamente tu polla para indicarte el camino y... efectivamente, casi de golpe tu pene pareció encajar en su vagina. La bruja se sobresaltó al sentirlo. Tú, antes de comenzar a penetrarla, comenzaste a besarla de nuevo.

ACCIÓN: Agarra tu pene y comienza a masturbarte muy lentamente.

Mientras la besabas comenzaste a penetrarla lentamente. La sensación era increíble. Tu pene nunca se había sentido igual. Su vagina, apretada y húmeda, invitaba a meterla hasta el fondo con decisión, pero controlaste tus impulsos y lo hiciste con suavidad, lentamente.

La situación era muy placentera. Habías cerrado los ojos por instinto, pero decidiste abrirlos para ver cómo estaba ella. Verla fue aún más excitante, la bruja tenía cara de sentir placer. Aquello le estaba gustando, aunque seguía con algo de miedo.

-¿Vas bien? – Le dijiste a Elpha.

-Sí. ¿Ya la has metido entera?

Su pregunta casi te hace reír.

-Todavía queda.

-Vale.

Seguiste apretando. Cada vez parecía costar un poco más y la bruja cerraba los ojos con fuerza, como si sintiese dolor.

-¿Sigo?

-Si, sigue.

Seguiste un poco más y antes de darte cuenta, ya había entrado por completo. Te costaba distinguir si la cara de la bruja era de placer o dolor y ella no decía nada, así que ahora sí, comenzaste a mover tu cadera lentamente.

En cuanto comenzaste a moverte todo cambio. Al principio estabas preocupado por ella, pero ahora parecías sentirte conectado a ella y ella parecía ir perdiendo el miedo a cada segundo que pasaba. En cuanto viste que ella se sentía cada vez mejor comenzaste a besarla de nuevo.

ACCIÓN: Sube el ritmo solo un poco. Sigue siendo lento, pero no tanto.

El uso de la razón se iba perdiendo a cada segundo que pasaba. La bruja se sentía cada vez más cómoda y sus besos volvían a ser apasionados. Ya no hacían falta las palabras. Ella estaba cada vez más cómoda y tu menos preocupado por ella.

Y entonces, ella soltó un pequeño gemido.

Su voz excitada cambió tu mente por completo. Te excitó de una forma abrumadora, fue una indicación de que el ritmo podía y debía subir.

ACCIÓN: Mastúrbate a velocidad media.

No solo estabas haciéndolo rápido, ahora movías más la cadera, tanto, que en uno de esos impulsos sacaste tu polla por completo, perdiendo durante un instante el ritmo del momento.

-No pares. -Dijo la bruja entre suspiros.

Te volviste loco al escucharla hablar así. Pudiste sentir en su tono de voz que ella estaba muy excitada. Seguir follándotela era lo único que importaba en ese momento, así que miraste hacia abajo para intentar meterla de nuevo en su vagina lo antes posible. Apenas tardaste unos segundos en encontrar el agujero de nuevo y al hacerlo, metiste tu polla de una embestida hasta el fondo, incluso haciendo fuerza con tu cadera hacia ella, moviendo todo su cuerpo.

Ella volvió a gemir. Tú la miraste instintivamente y un nuevo estímulo volvió a nublar tu juicio. La cara de la bruja estaba rojiza, su nivel de excitación era tan alto que incluso el tono de su piel había cambiado. Era el momento de darlo todo.

ACCIÓN: Mastúrbate rápido.

Tu comenzaste a follar rápido y con fuerza y la bruja comenzó a gemir. Ella estaba tan mojada que podías sentir como chorreaba. Incluso tus huevos se mojaban cuando chocaban contra ella. Querías hacerlo tan rápido que cambiaste un poco la posición y separaste un poco tu cuerpo del suyo para poder hacerlo mejor. Ahora podías ver sus tetas votar sin parar y a ella gemir de placer. Elpha parecía no poder controlar tanto placer, agarraba las sábanas de la cama con fuerza y solo gemía sin parar con la boca abierta. Ella y tu erais puro instinto animal. La temperatura subía, vuestros cuerpos sudaban y la respiración se hacía cada vez más fuerte. Sentías que podías correrte en cualquier momento y ella estaba en la misma situación.

Fue Elpha la primera en mostrar que no podía aguantar más. El momento llegaba y ella ya no gemía con normalidad, estaba llegando al clímax mientras tenía orgasmos a pleno pulmón.

-¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhhhhhhhh! ¡Siiiiiiiiiiiiiiii!

ACCIÓN: Córrete mientras sigues leyendo.

No dudaste en ningún momento. Metiste tu polla hasta el final para correrte bien dentro de ella. Fue instintivo, como si su voz te lo hubiese pedido. Mientras eyaculabas ella seguía gimiendo, aunque poco a poco cada vez más suavemente.

Tras terminar, sacaste tu pene lentamente y te tumbaste a su lado. Miraste a Elpha y ella parecía feliz. Aquel polvo había sido tan intenso que ahora solo podíais descansar juntos en la cama. Estuvisteis allí más de una hora sin hablar. No hacían falta las palabras, a ti te gustaba estar allí con ella y a ella le gustaba estar ahí contigo.

Tuvieron que pasar 2 horas hasta que tus tripas sonaron, avisando de que el hambre apremiaba.

-Bueno, creo que tenemos pendiente pescar algo. – Dijiste, intentando justificar el sonido de tu estómago.

-¿No vamos a hacerlo otra vez antes?

-------------------------------------

Esto es todo por ahora, espero que os haya gustado este tercer y cuarto capítulo.

Recordad que mi primera novela erótica "Cómo me convertí en Maid Sexual" ya está disponible en Amazon España y en Amazon Internacional.  Puedes leer gratis los 3 primeros capítulos pulsando aquí y si eres miembro de mi Patreon puedes leer la novela completa gratis haciendo click aquí.

Files

Comments

No comments found for this post.